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Despedirse

Mayo 2007

Quiero decir que yo sólo sé despedirme, cada contacto, cada instante vivido es una forma de ir caminando al andén, siempre una huída, siempre el silencio que va después de la palabra escrita... y luego nada, los recuerdos preservando el tiempo, el olvido necesario, nuestras manos siempre acumulando besos lejanos.


Despedirse es preservar a la gente, en la postal de nuestra mirada, detenida, los ojos llenos de agua y el silencio del adiós que se extiende en un por siempre. Tal vez no recordemos los gestos de nuestra gente cotidiana, pero siempre podremos guardar en nuestra mente esa última mirada, el gesto de dolor que dice no más, no te vayas más que esta despedida no basta, ya no para tanto silencio, tanto olvido, tanta nada...

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Sequias anidan largos los tiempos veredas que guian memorias del cuerpo Avanzo por Africa territorios negros trenes que dilatan al futuro incierto Del cielo en parvada aereos alientos garganta salada pasados secretos Abandono palabras por no decir lo cierto verdades cortadas por afilados misterios

No me descarto

Descarto, por perecederas, todas las ideas con las que no se pueda jugar, no soporto su quietud, sus caras largas, aburridas de su estática, tristes de ser tan siempre las mismas; prefiero a esas que vienen envueltas en paquetes que hacen ruiditos, cajas poliédricas que nos engañan con sus aristas y nos sacan sorpresas a cada vuelta de esquina, esas que aun cuando ya es tiempo de ir a la cama, se quedan murmurando en algún rincón de la recámara para acompañar la inquietud de nuestros sueños de infancia. Creo en el juego con una fe de gallinita ciega, dando tumbos con las manos y las sonrisas extendidas al frente. Alguna vez le he dicho a alguien que cuestionaba mi método del juego a ultranza que la diferencia entre el juego y "la vida" como se suele ver, es la diversión, no la falta de seriedad, ni de compromisos: los juegos son muy serios, tienen reglas, se respetan códigos y tienen su propia ética, en los juegos se pone las manos para ser quemadas si así se requiere, se emp...

Caricias madrugadas

Me amarás por mis ojos, que se humedecen del mar de tu aliento, me dejarás que te llene siempre los oídos con mis cantos ligeros, sirena de tus misterios, me dirás a los amaneceres siempre que no se nos acabe el tiempo, que sigamos siendo estos en el amor y en el sueño, en la forma de añorarnos a pesar de estar lado a lado, navegando por las mismas profundidades, aun sin tocarnos. Hoy de nuevo te sueño, no sé si es que te dije ésto y aquello durante la noche, muy quedito para no despertarte, o es que me he soñado que te lo gritaba de un lado a otro de las ruidosas calles de las ciudades que nos inventamos para tener sueños con gran escándalo. Luego, nos amanece, en la cama que nos abraza, nos besamos de nuevo, besos con sonrisas, en calma, sin las pretensiones ni las ansias de los primeros tiempos. Otra vez soñé contigo, te lo digo, y me río de lo absurdo que suena el estar soñándose al que descansa a nuestro lado, y te ríes también de mi risa que no comprendes. Y entonces sentimos esa...