Mayo 2007
Quiero decir que yo sólo sé despedirme, cada contacto, cada instante vivido es una forma de ir caminando al andén, siempre una huída, siempre el silencio que va después de la palabra escrita... y luego nada, los recuerdos preservando el tiempo, el olvido necesario, nuestras manos siempre acumulando besos lejanos.
Despedirse es preservar a la gente, en la postal de nuestra mirada, detenida, los ojos llenos de agua y el silencio del adiós que se extiende en un por siempre. Tal vez no recordemos los gestos de nuestra gente cotidiana, pero siempre podremos guardar en nuestra mente esa última mirada, el gesto de dolor que dice no más, no te vayas más que esta despedida no basta, ya no para tanto silencio, tanto olvido, tanta nada...
Quiero decir que yo sólo sé despedirme, cada contacto, cada instante vivido es una forma de ir caminando al andén, siempre una huída, siempre el silencio que va después de la palabra escrita... y luego nada, los recuerdos preservando el tiempo, el olvido necesario, nuestras manos siempre acumulando besos lejanos.
Despedirse es preservar a la gente, en la postal de nuestra mirada, detenida, los ojos llenos de agua y el silencio del adiós que se extiende en un por siempre. Tal vez no recordemos los gestos de nuestra gente cotidiana, pero siempre podremos guardar en nuestra mente esa última mirada, el gesto de dolor que dice no más, no te vayas más que esta despedida no basta, ya no para tanto silencio, tanto olvido, tanta nada...
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