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Mostrando entradas de enero, 2015

A Pedro

Ahora te deben estar enterrando. Hombre de agua, de aire, de fluir acompasado; te llevan a la tierra, te siembran con tus alas bien plegadas en la espalda, y afuera, a la distancia, tus amigos estaremos esperando a que renazcas, de la tierra a donde te llevan saldrán brotes de hierbas necias, de las que se aferran, echan raíces que se extienden por donde quiera, y van con sus tallos fuertes a seguir al sol, a los horizontes lejanos, a otros prados, hasta donde vayan las ganas de seguir que nunca te faltaron. A la primavera, florecerán los prados sobre tu cuerpo, fertilizarán las cenizas de tus recuerdos, flores discretas que sonríen al sol en las mañanas y cierran sus pétalos por las tardes para soñar que son rosas de mar, navegantes sin fronteras. Sabías sonreír, con los ojos entrecerrados, hablabas sin molestar al silencio, hacías apología de la tranquilidad. Hombre de cielos abiertos, no sabías estar en casa, con los ojos siempre buscando las ventanas, los horizontes, las nubes