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A tu ausencia, mis palabras

A veces me da escalofríos leerme
Como cuando miro por entre tu falda
Niña de cálidas madrugadas

Luego pasa que de besos me duermes
Y entre sueños te rimo palabras
Para atarte las inquietas miradas

A las mañanas que dices quererme
Se les viene el calor de tu sol a oleadas
Enrojecida piel en la promesa de tus palmas

Pero pasas el día jugando a no verme
Me condenas a la poesía de tus espaldas
Triste cetáceo encallado en tus arenas falsas

Te me ocultas de pudores permanentes
Y vuelvo entonces a mis palabras
Que se abren siempre los vestidos a mis ansias

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